... en qué bóvedas azules voy a guardarte de la alta oscuridad que me llama ...

sábado, 7 de agosto de 2010

Estío


Que hable aquel que no tenga memoria
en esta simetría disfuncional de las palabras
nadie me enseñó a ser libre

retoño en cada segundo invulnerable tuyo
y mi aire te espera soñándote en la cicatriz más limpia

permanezco porque soy algo tan tuyo como un nombre
y existo sólo en la ceniza del estío
llevo mi caricia huérfana, la mirada cerrada
el amor que ya no es mío.

domingo, 4 de julio de 2010

Ya lo sabes...


De mis besos, del amargo estupor autista
encadenado a mi verbo,
a mi soledad fruncida
del lápiz andariego de tu risa

brota la sangre paciente
de mi esperanza

emergen los cauces insólitos de las palabras,
dos misterios se pierden en la amplitud del ocaso

te he dicho siempre, ya lo sabes, te amo.

Cadáver de viento



Esta, mi palabra,
es cadáver de viento insepulto en las albas,
eco vencido en las cuerdas de un poema que no mira.

Esperarás azul, entre murmullos claros
la deriva oscilatoria de los días

aún eres tú de mi espera herida
la oscuridad protagonista
y estás aquí, escribiendo a mi diestra
el rumbo diacrónico de la melancolía

mis besos ciegos van a tu horizonte inmóvil
tú como nube, extiendes tus naves

un pájaro trastorna el silencio de tu diadema,
mi voz es ese espejo que no sueña.

martes, 29 de junio de 2010

Plegaria



Cuídanos, Señor, porque debo
repartir el sol en cada migaja de sueño

estar con quién aguardó mi palabra
saber dónde dormirá mi esperanza.

domingo, 27 de junio de 2010

Devastación de palabras


Sólo del amor que precede a nada
y del afán vulnerable que subsiste en las cosas
es que puedo remover la esperanza
en la estacionara ilusión de estos signos -aún letras-

capitulan los segundos, infinitos negros,
calladas avenidas sin sueño

desvanece la ilusión el nítido arrullo
de las nubes inválidas

es mi corazón la ruta de un astro sonámbulo
entregado a la crónica devastación de las palabras

domingo, 23 de mayo de 2010

Llovían de tus ojos las estrellas


Amor que me dueles en la risa
y en la acostumbrada soledad de las calles
donde mi corazón como remanso hambriento te busca
en la descontinuada artificialidad de las miradas

amor que no me llamas y con derecho me eximes
sino de este beso, mensajero dulce de tu entraña

saber que no he de encontrarte
en la abnegada oración de los días
ni recordándote azul, con tu vestido de luciérnagas
radiante en la noche en que llovían
de tus ojos las estrellas.

En el umbral de lo imposible


Hubo un espacio en la magnitud de mis días
donde tú perdurabas, ceñida a las cosas,
oculta en el filo de la melancolía.


Nombrar tu silencio y convocarte ahora
es demorar la tarde en tu acacia perdida,
borrar en el tiempo la herida que nace
llenando de silencio los tibios cristales.


Y otra vez vuelves a mí
satinada en amaneceres,
deshojando la quietud de los días.


Y es que contarte, que ya no sabía
mirar el ocaso sin extrañar tu sombra.
Más te he amado ayer, cuando no debía.


Ayer que jugamos a olvidarnos un rato,
vaciar en los muros el dolor de los años.

Recordar que eras la mejor de mis angustias
y cuando sin decirlo, me querías.

500 days of summer


En su título en español, 500 días con ella es una novedosa comedia romántica llevada a la pantalla grande por el también director de videos y cortometrajes Marc Webb. La historia se desenvuelve de una manera original, llevando al espectador a través de una cronología abierta de principio a fin, y desde cada ángulo de la relación amorosa en que se centra el filme, que para bien es decir, el narrador aclara desde el principio, no se trata de una historia de amor.

La película se enfoca a las vivencias de Tom(Joseph Godon-Levitt), un arquitecto dedicado a la construcción de frases para tarjetas de felicitación, cuando conoce a Summer(Zooey Deschanel), la nueva asistente de su jefe. Summer es la clase de chica bonita que no pasa desapercibida para nadie, y aunque Tom se resiste un poco al principio, comienzan a aparecer una serie de coincidencias y encuentros que él considera como destino.

Proviniendo de un matrimonio desintegrado, Summer no cree que exista el amor, y aún con ello Tom se aferra a la vertiginosa e informal relación que se va dando entre ellos. Como es de esperarse, Tom termina con el corazón roto cuando ella se va del trabajo y le dice que podrán seguir siendo amigos. Tom se interna en un estado crítico, pensando sólo en las cosas que ama de Summer y en la manera de recuperarla.

De esta forma, la película nos lleva por momentos bellamente mágicos y agridulces en los que inevitablemente podemos reconocernos, y como diría el propio Marc Webb, todos conocimos alguna vez a una Summer, y a especie de regalo, la película tiene un final motivador y feliz. La película tiene una sensibilidad especial en las tomas, transmite mucho más allá de lo que se ve, y con respecto al guión, en un inicio me pareció un poco lento y confuso hasta que tomé el curso de la historia. La música corre a cargo de Regina Spektor y The Smiths, principalmente, dicho esto, no me queda más que recomendarles que la disfruten.

Me encontrarás pintando pétalos de luz


Me encontrarás pintando
pétalos de luz en la lejanía tierna
y mojando el eco de la tierra dulce
en la ambrosía de tu boca

pensaré que estuve
loco de tu ausencia y que en mi guerra
el único minuto de verdad fueron tus ojos
ondeando la bandera de mis promesas

En cualquier palabra


Ya no sabrás si te quise...
el amor termina antes de que cerremos la puertas
germina como espina elegida entre rosas,
cae de la boca como un agua seca

y mi amor que existe
retornará a los espacios vacíos del silencio
donde se desangra el verbo en la cruz de mi boca

caerás también tú
porque el dolor regresa
no sé cuál segundo, mañana
cualquier hora, en cualquier palabra.

Te nombraría beso



Yo te nombraría beso,
blanco refugio de gaviotas
y de mi voz, que aún sin serlo
te seguiría como flecha
por los altos caminos
de la estrella.

Yo te elegiría de tinta,
de murmullo suave
meciendo las páginas
del viento

domingo, 4 de abril de 2010

En la razón ignota de mi ser



En la razón ignota de mi ser,
te pienso.

Y he anhelado tu sombra
desde las paredes marchitas
de mi encierro.

Sobrevivo
con una desilusión
que me asfixia los ojos.

¿Qué es tu nombre,
sino el vértice puro
en las enredaderas dulces
del silencio?

Con la noción más triste
te llamo
a remover el hoy,
los momentos
cuando me seguías
y estabas
aciclada a mi diestra
como rosa de sombras
perfectas.



¿Qué palabra existe para nombrar
al viejo amor, al eterno?

En qué bóvedas azules voy a guardarte
de la alta oscuridad que me llama
a dormir por siempre en el recuerdo.

La luz me arroja
al punto más exacto
del desconcierto.

La mayor piedad de los muros
está en el silencio.

sábado, 6 de marzo de 2010

Desmenuzando el vientre de la pobreza


¿Cómo explicarle a un niño qué este día no hubo nada?
Que vaya a dormir, porque soñar es el único privilegio que jamás podrá quitarnos el hombre.